sábado, 12 de noviembre de 2016

ANÁLISIS HISTÓRICO-ARTÍSTICO DE LA IGLESIA ROMÁNICA DE SANTA EULALIA DE ABAMIA



      La iglesia de Santa Eulalia de Abamia se ubica en el pueblo de Corao perteneciente al Concejo de Cangas de Onís, enclave del Oriente astur de gran trascendencia histórica al inicio de la Reconquista. En el año 1962 fue declarada Monumento Histórico-Artístico, aunque tal reconocimiento no evitó su progresivo deterioro hasta época reciente en que se acometió una restauración que originó serias polémicas.

      La construcción actual data de los siglos XII y XIII, con modificaciones posteriores. Según la tradición el rey, don Pelayo, fundó o reedificó la iglesia y aquí fue enterrado junto a su esposa, Gaudiosa, tal como relatan las crónicas medievales. En época de Alfonso X el Sabio los cuerpos son trasladados a Covadonga, hoy la Santa Cueva. Los restos de Roberto Frassinelli y Burnitz, conocido como el "alemán de Corao" y autor del diseño de la Basílica neorrománica de Covadonga, además de arqueólogo, naturalista y bibliófilo, también reposan aquí desde 1877. 

      Tejos centenarios de colosal envergadura señalan el carácter sagrado otorgado desde siempre a este lugar, aspecto que se transmuta en claras sensaciones de bienestar y placidez como a buen seguro atestigua cualquier viajero, caminante o alpinista que recorra caminos o escale sus cumbres de dos mil quinientos metros de altitud, formidables moles de caliza cuya extraordinaria geología se aprecia sin más que subir la carretera de los Lagos desde Covadonga, vertiginoso viaje de once kilómetros que permite contemplar desde lo alto el Santuario de Covadonga y el mar Cantábrico casi a vista de pájaro desde el mirador de la Reina.

      Una necrópolis megalítica ocupaba el solar  a escasos metros de Santa Eulalia de Abamia. Un dolmen descubierto en 1833, conservaba tres ortostatos y la cobertera. Se hallaron en el lugar cráneos humanos, hachas de piedra pulimentada y otros objetos. A la cámara funeraria pertenecería igualmente la “llosa de Abamia”, un ortostato con un conjunto de grabados esquemáticos donada por Frassinelli al Museo Arqueológico Nacional en 1868. Las estelas de origen romano-vadiniense halladas a lo largo de los siglos ponen de manifiesto la costumbre de cristianizar antiguos espacios de cultos paganos.



      Otro ejemplo de antiguo culto pagano relacionado con una estructura megalítica lo hallamos en la cercana Cangas de Onís: la cripta de la capilla de la Santa Cruz cobija un inesperado elemento: un dolmen de 3.000 años de antigüedad cuya cámara sepulcral muestra grabados y pinturas rupestres. El edificio actual es una peculiar reconstrucción de 1951 del edificio original, destruido durante la Guerra Civil y consagrado a finales del siglo VIII por el rey, Favila de Asturias, segundo rey de la monarquía asturiana e hijo de Pelayo, por lo que se considera que fue la primera iglesia cristiana construida tras la invasión musulmana. La lápida fundacional lamentablemente ha desaparecido y se conoce gracias a los calcos y transcripciones realizados por Roberto Frassinelli para la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Oviedo creada em 1844. La fecha de consagración es 737 aunque la inscripción RESURGIT EX PRECEPTIS DIVINIS HEC MACINA SACRA…” sugiere la existencia de una iglesia anterior a Favila según algunos autores, aunque no existen registros arqueológicos.

      Corao, a orillas del río Güeña, ofrece vistosos ejemplos de arquitectura tradicional como la casa de Frassinelli, o el palacio de Noriega, del siglo XVII. Desde Santa Eulalia de Abamia el camino conocido como "Senda de Frassinelli" continúa 15 km. hasta los Lagos Enol y Ercina  recorriendo un paisaje que cautiva por su extraordinaria belleza. Él mismo lo recorría con frecuencia y coincide también con las vías de acceso del ganado desde el valle del Güeña hasta Comeya y el entorno de los Lagos de Covadonga.

       En 1904 ante el peligro de ruina el culto se traslada a Corao. La bóveda hundida no se restaura hasta 1977. Se conservan en el interior las laudas sepulcrales de Pelayo y su esposa, ésta del siglo XVIII, y pinturas murales con escenas bíblicas. El ábside original fue sustituido en el siglo XV por la capilla cuadrada actual y la ventana de tracería gótica. La portada sur, del XII, narra alguna escena del Juicio Final, la apertura de los sepulcros y la Resurreción de los muertos; en la arquivolta izquierda y en la derecha los suplicios de los condenados. El capitel imposta de la derecha -según la tradición popular- representa al obispo don Oppas, arrastrado de los cabellos por un demonio al querer convencer a Pelayo de que se rindiese al ejército musulmán.



      Un dato curioso sobre la portada meridional es que en Asturias no existe figuración antropomorfa en las portadas del XII, un caso excepcional es San Juan Bautista de Corias, en Cangas del Narcea, del que apenas quedan restos de época románica, salvo unas dovelas con figuras de monjes sedentes que se guardan en una colección privada, y esta misma iglesia de Abamia más tardía y cuyas figuras se adaptan a las arquivoltas longitudinalmente ya al modo gótico.



      Una primera mención a este templo la hallamos en la Crónica Sebastianense o de Alfonso III, la cual se refiere a Santa Eulalia de Velanio como lugar de enterramiento del rey Pelayo y de su esposa Gaudiosa: "Pelagius post nonum decimum regni sui annum completum, propria morte decessit et sepultus cum uxore sua Gaudiosa Regina territorio Cangas in Ecclesia Sanctae Eulaliae de Velanio fuit. Era DCCLXXV", que traducido puede leerse: "Pelayo, tras diecinueve años de reinado, falleció de muerte natural y fue enterrado junto con su esposa la reina Gaudiosa en el territorio de Cangas, en la iglesia de Santa Eulalia de Velanio. Año 775" (año 737 de nuestra era). A partir de los siglos X-XI aparecen numerosas referencias a Santa Eulalia de Abamia como una de las parroquias de Cangas de Onís  y ya en el siglo XVI el cronista de Felipe II, Ambrosio de Morales realiza un estudio detalladísimo del templo.
La advocación del templo, Santa Eulalia, no es extraña para los monarcas del incipente reino asturiano pues se trataba de una figura a la que guardaban gran devoción.

Texto y fotos: Cristina Sánchez. Gijón 
 
Bibliografía:

El Románico en Asturias. Soledad Martínez Álvarez. Ed. Trea.

Enciclopedia del Románico. Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo
  
Internet



 

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