lunes, 9 de marzo de 2015

II JORNADAS DEL ROMÁNICO. RESEÑA DE LA CONFERENCIA: "ANTE LA PUERTA. LA VIDA COTIDIANA ALREDEDOR DE UNA IGLESIA ROMÁNICA".



        Ante el éxito de las I Jordanas del Románico realizadas por la asociación AdR con la Universidad de Cantabria iniciamos este año 2015 las II Jornadas en el paraninfo universitario. Como el año pasado, se celebran los sábados de Marzo, alternando una conferencia con una salida para visitar algún templo.
        
          Tanto el responsable del Aula de Patrimonio de la UC, Jose Luis Pérez, como el coordinador de AdR para Cantabria y Asturias, Javier Pelaz, en la presentación del conferenciante, hicieron una llamada a la sensibilidad de la sociedad y de sus políticos para promover la conservación, divulgación y promoción del arte, en este caso románico.

El ponente, Jaime Nuño

     El arqueólogo y director del Centro de Estudios Románicos de Aguilar de Campoo, Jaime Nuño, nos fue metiendo en materia sobre la importancia de la iglesia en época medieval como centro de la vida de la comunidad. Es el lugar donde se realizan las cosas más importantes y transcendentes. La iglesia es la referencia del poblado, preside la plaza, es el lugar de encuentro y la sede de la parroquia, concepto que en el Medievo va más allá que el puramente religioso.

     La puerta, como elemento importante, que marca la frontera entre el exterior, lo temporal; y el interior, lo espiritual. Este elemento sacraliza el interior y tiene un significado de protección de la parte transcendente. Esto se refleja en la cantidad de símbolos protectores que se representan en los capiteles, tímpanos y demás recursos decorativos con los que se embellecen las portadas románicas.

      Alrededor del templo hay un espacio, el atrio, que está definido en algunos escritos, a veces rodeado de un muro, donde se desarrollan muchas actividades religiosas e incluso sacramentos, como el bautismo. Las pilas bautismales están en el pórtico, dando significado al sacramento como tránsito hacia una vida espiritual. Se celebran también matrimonios, hasta 1184 no es sacramento, por eso se empieza en el exterior. Los enterramientos son también en el atrio, casi a pie de puerta, realizándose la vida cotidiana transitando sobre las tumbas por el poco espacio que dejan. Aún hoy en alguna pequeña comunidad se siguen teniendo los cementerios alrededor de la iglesia, eso sí, tapiados y menos caóticos que los de la época. Algunas personas principales, nobles, alto clero, benefactores, se podían enterrar dentro.



     El pórtico es otro elemento, que aunque en las sucesivas restauraciones y obras los han quitado de muchos templos, existía en casi todas las iglesias. En él se hacían las reuniones de la comunidad, donde se decidían las normas básicas  de convivencia. Se reunía la gente a golpe de campana, una especial para las reuniones de concejo. A veces era el elemento nobiliario el que desde aquí imponía sus normas, impuestos y reglas. Aquí vemos como el concepto de parroquia excede el puramente religioso y comprende todo aquello que atañe a la comunidad, como elemento diferencial, cerrado y casi excluyente sobre el que se articula la vida social del hombre medieval. Incluso se observa en las iglesias que se construyen en la repoblación, cómo, en un mismo núcleo urbano,  las diferentes parroquias agrupan gentes según su procedencia  (francos , navarros , mozárabes del sur , etc.)

      En los elementos decorativos de las archivoltas se aprecia la representación de los oficios (canteros, fundidores de monedas, recaudadores) así como la de gentes de entretenimiento (músicos, bailarinas, figurantes), lo cual nos indica que los festejos y el trabajo diario, incluido el de la  propia logia constructora de la fábrica, se desarrollaban en los alrededores.

      En muchas de las piedras se aprecian relojes, juegos del tipo del "tres en raya", inscripciones, a veces no importantes, como las fechas de una siembra, que hacen pensar en una especie de punto informativo. Al respecto piénsese en la labor que hace la campana como elemento articulador, no sólo de los horarios (amanecer, mediodía, atardecer), sino también de los hechos importantes (defunciones, llamada al culto, incendios...). 

     Los tribunales impartían justicia, las gentes practicaban el trueque en los mercados, los niños jugaban alrededor y hasta las prostitutas buscaban su sustento. Todo en el entorno sagrado de la iglesia, que ejercía una labor articuladora de la vida diaria y era el elemento sobre el que giraba, no sólo la espiritualidad y transcendencia del hombre, sino también sus afanes diarios y sus escasos ratos de entretenimiento. 
        
    Era frecuente encontrarse con torres y construcciones  para almacenar los enseres, grano y animales de los diezmos (la moneda no era frecuente). Incluso se almacenaban armas.


    Es muy posible que hoy podamos admirar las excelentes representaciones escultóricas del románico, sobre todo en el exterior en forma de capiteles, metopas, canecillos y demás elementos por la necesidad de dar información y catequesis al hombre de la época. A veces cultivando el temor de Dios con representaciones terroríficas del Mal (animales monstruosos), a veces ofreciendo un lugar de refugio y consuelo para la difícil vida de la época (representaciones del Paraíso, el Bien, juegos y diversiones) y otras dando alternativa a las supersticiones comunes en la época (conjuros, mal de ojo, etc.)

    En fin, disfrutamos de una mañana agradable donde conocimos alguna cosa más sobre nuestra afición, el arte románico, que nos ayudará, estoy seguro, a explicarnos algunas de las cosas y enigmas que podamos tener en un futuro sobre la interpretación de este o aquel capitel y canecillo.

     Tomás Lozano. Santander

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