viernes, 30 de enero de 2015

LA CRUZ PATADA: EMBLEMA DE LA MONARQUÍA ASTURIANA




      Uno de los rasgos distintivos del Arte Asturiano es la profusa utilización de la llamada “cruz patada” como elemento ornamental tanto en orfebrería como en piedra.


      Cruz patada o cruz paté es aquella cuyos brazos trapeciales son iguales. Es decir, aquéllos se estrechan al llegar al centro y se ensanchan en los extremos. Su nombre proviene  de que los brazos de este tipo de cruz se asemejan a unas patas.
 
Tesoro de Guarrazar

      Si los primeros reyes asturianos se consideraban continuadores de la fenecida monarquía visigoda -como se relata en Epitome Ovetense-, no es de extrañar que algunos elementos arquitectónicos y artísticos de tradición visigótica fueran implementados en la escultura y piezas mobiliarias del nuevo reino asturiano. Ese es el caso de las cruces patadas muy abundantes en la orfebrería a lo largo de las centurias VI Y VII, cuyos ejemplos más notorios los podemos contemplar en las cruces votivas de los tesoros visigodos de Guarrazar (Toledo) y Torredonjimeno (Jaén).
 
Cruz de los Ángeles

      En relación con el Arte Asturiano encontramos concomitancias visigóticas de este tipo en trabajos de orfebrería, como es el caso de la Cruz de los Ángeles, donada por Alfonso II el Casto a la desaparecida iglesia prerrománica de San Salvador de Oviedo -en la actualidad, depositada para su contemplación en la Cámara Santa de la actual catedral ovetense- y en la desaparecida Cruz de Compostela. En piedra es un tema corriente de ornamentación de los elementos funcionales: medallones, canceles, pilastras, sarcófagos…
 
Cruz patada sobre sarcófago

      Algunos estudiosos del tema consideran que la cruz patada llegó a ser, en los primeros años de la Reconquista, el emblema y lábaro de la monarquía asturiana junto a otros modos y costumbres de la antigua monarquía toledana.

Texto: Javier  Pelaz. Santander

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