viernes, 14 de noviembre de 2014

HITOS ROMÁNICOS EN LA "VIA PODIENSIS": de Cahors (Moissac) a Lectoure (continuación)

      En el claro de un frondoso bosque, a poca distancia de una de las villas con encanto como es Lauzerte, el caminante se topa con la capilla románica de St.-Sernin du Bosc, del siglo XI. Es una construcción sólida con aparejo de sillares de caliza blanca, muy abundante por estos pagos, no olvidemos que el caminante se encuentra en el Querzy Blanco. En su fachada norte se erige una espadaña rematada con un piñón triangular donde se ubican dos campanas. La cornisa del ábside se sustenta con canecillos de caveto. La fábrica es de una sola nave con arco triunfal de medio punto, ligeramente rebajado, que da acceso al presbiterio rematado con bóveda de cañón; en el lado de la epístola se abre un vano de rosca de medio punto. En el recinto absidal, semicircular, se cubre con bóveda de horno, con una ventana en el centro, que ilumina la capilla mayor.

St.-Sernin du Bosc

      Ya en la comarca de Querzy, el caminante perdió de vista el suave discurrir del río Lot, que fue su compañero inseparable durante varias etapas. El paisaje cambia de fisonomía y color. Abundantes arroyos surcan las tierras fértiles, cuyas aguas engrosarán los afluentes del Tarn y Garona. Es un terreno feraz gracias a la benevolencia de un micro clima cálido y húmedo, donde abundan los viñedos y se cultiva con esmero las plantas frutales. La villa de Moissac, bordeada por el Tarn, es la capital de la provincia. Mas la ciudad es bien conocida, por los amantes del Románico, al albergar en el casco histórico la iglesia del antiguo monasterio de San Pedro.

Tímpano de San Pedro de Moissac

      La fundación del cenobio se remonta al año 656, bajo el reinado de Clodoveo II. Más tarde, siendo abad, Durand Bredons (1048-1072), la comunidad se rige por la regla cluniacense, y alcanzará la  su máximo esplendor.

A la izquierda Simeón con el Niño en brazos; a la derecha, la parábola del pobre Lázaro y la cena del rico Epulón

      La portada de las iglesias románicas representa la "puerta del cielo".No es de extrañar, por tanto, que su ornamentación sea enteramente profusa. La de Moissac es el paradigma de todas las demás. Hacia el año 1120 un genial escultor la ilustró con un pasaje del Apocalípsis de san Juan, bajo el mandato del abad, Roger. Comenzando con la visión del profeta "veo una puerta abierta en el cielo" y continuando con la lectura del evangelio apocalíptico, el escultor plasma en la piedra del tímpano la escena de la Parusía. El espacio -de 6,5 m de largo por 3,5 de alto- lo integra veinticuatro bloques de roca caliza de grano fino. Un número de treinta y un personajes de distintos tamaños según su importancia, ocupa la referida superfie. En el centro, Cristo en majestad, rodeado por el Tetramorfos y dos ángeles con banderolas. En el contorno los Veinticuatro ancianos del Apocalípsis agrupados en tres registros. Algunos restos de policromía testifican que el tímpano estuvo pintado. Éste descansa sobre un dintel constituido por tres bloques de mármol y adornado todo el espacio con círculos que enmarcan rosetas. Flanqueando la entrada aparecen cariátides que representan personajes del Antiguo y Nuevo Testamentos: Isaías y san Pedro en las jambas lobuladas: san Pablo y Jeremías en las caras laterales del mainel. Al caminante le sorprende el semblante melancólico de Jeremías cuya interpretación le resulta inescrutable.

Representación del pecado de la lujuria en una de las jambas de la portada


      Todo un programa de escenas neotestamentarias embellece las jambas del lateral derecho del umbral de la entrada: la Anunciación, la Visitación,  y la Epifanía. En el friso superior: la presentación del Niño ante el anciano Simeón; el aviso del ángel a José del eminente peligro que amenaza a la Sagrada Familia; y la consecuente huida a Egipto.

Claustro de San Pedro de Moissac


       Del claustro del monasterio existe una extensa bibliografía. Una fecha en unos de sus sillares testifica su construcción: el año 1100. Dependiendo de la nacionalidad de los historiadores: unos señalan a éste más antiguo que el de Santo Domingo de Silos y otros al revés. Mas los dos tiene en común un hecho histórico. El de Silos se salvó de la piqueta por motivos económicos; y de Moissac por la intervención de los Monumentos Históricos del país evitando que el trazado de la nueva via férrea cerciorarse el recinto claustral.

Capitel del claustro: Daniel en el foso de los leones


      De los 76 capiteles de los que consta el claustro la mayoría son historiados con escenas bíblicas como la de Daniel en el foso de los leones, Adán y Eva, Abraham e Isaac...y otras del imaginario medieval como la leyenda de Alejandro.

Capitel del claustro: la leyenda de Alejandro


Texto y fotos: Javier Pelaz. Santander


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