viernes, 18 de abril de 2014

DOCUMENTO: SAN PEDRO DE PLECÍN (Una aproximación a la antigua iglesia románica)


INTRODUCCIÓN

      La orografía juega un rol decisivo en la conformación de la cultura de los pueblos. Las barreras montañosas aíslan de tal manera el paisanaje que la introducción de los nuevos modelos foráneos resulta un proceso lento de asimilación.

      Si en los primeros años de la Reconquista las tierras que, incluidas en el Reino de Asturias, se beneficiaron de la seguridad que les bridaba su refugio natural - gracias a una cordillera abrupta y con riscos inaccesibles- con el traslado de la corte a León, en el año 912, se inició un proceso de decadencia tanto económico como cultural.

Orientación sureste


      Resulta, por tanto, que los edificios, que se erigieron por aquellos pagos según los cánones románicos, son tardíos, datados a mediados del siglo XII o comienzos de la siguiente centuria.

      En general, las iglesias románicas rurales asturianas son pequeñas, sencillas e incluso pobres, no así  las construidas por las órdenes monásticas que, con algunas excepciones, son de mayor envergadura.

      En la zona oriental del Principado  existió, en el Medievo, varios cenobios cercanos entre sí. Nos referimos a San Antolín de Bedón, Santa María de Tina y San Pedro de Plecín. Los tres tuvieron su relativa importancia por la labor que dispensaron a los peregrinos santiagueses en su andadura por el Camino de la Costa. Por desgracia, los dos últimos permanecen en la actualidad en ruina permanente; sin embargo, la iglesia abacial de Bedón mantiene su primigenia estructura arquitectónica, a pesar del manifiesto abandono por parte de los organismos competentes. 

 


Fachada meridional


                                     
                                                            SAN PEDRO DE PLECÍN  (Ruinas)

 

HISTORIA

      No existen apenas documentos para reescribir de forma fidedigna la historia del monasterio desde sus orígenes. Se supone -a modo de conjetura- que en el mismo lugar se levantara una capilla prerrománica o un templo celta.

      En las postrimerías del siglo XII –datada por similitudes arquitectónicas con otras iglesias abaciales asturianas documentadas- se erigió la actual fábrica.

      El monasterio estuvo tradicionalmente ligado a la familia nobiliaria de los Vela, de origen alavés, pero con heredades por estos predios. Un personaje de la referida familia asistió como representante del concejo de Pellameñera Alta en el Concilio de Oviedo del año 1115.

Interior de la nave con la portada norte


      Será a finales del siglo XIV cuando aparece con rango de abadía bajo la advocación de San Salvador,  en el Libro de las Behetrías de Don Gutierre entre 1385 y 1389. Dos siglos más tarde cambiará de  patronazgo por el de San Pedro de Plecín.

      Fue templo parroquial hasta 1787 cuando se erigió la actual iglesia en el pueblo de Alles. Desde entonces la incuria y el expolio se adueñaron del recinto histórico degradándose paulatinamente hasta el día de hoy.

      En 2003 los restos actuales fueron declarados Bien de Interés Cultural gracias a la actuación firme de la Corporación Municipal.

 


Ruinas de la iglesia y su entorno




 INTERIOR Y EXTERIOR DE LA IGLESIA    
       La mejor vista para contemplar a ojo de pez lo que fue en su día la iglesia abacial es desde lo alto del desnivel que aísla el recinto litúrgico del pueblo, equidistante éste unos 500 metros.

      La planimetría es simple, de una sola nave rectangular con dos ampliaciones posteriores. Sólo queda en pie los muros perimetrales de la nave, así como el arranque de los cabeceros. Llama la atención el grosor de los referidos muros de mampostería caliza irregular, mas los de la portada y cabecera son de sillería arenisca.

      Según algunos estudiosos la techumbre de la nave fuera posiblemente de madera a dos aguas, como en la mayoría de las iglesias románicas rurales astur- cántabras. El presbiterio, con solución de bóveda de cañón, estaba unido al ábside semicircular por un tramo recto, cubierto aquél con bóveda de horno. Un arco triunfal separaría la nave del testero, como lo atestigua un capitel del arco toral depositado en las dependencias del Ayuntamiento de Peñamellera Alta.

Relieve de Cristo Salvador en el ventanal contiguo de la portada sur


      Lo más interesante y valioso de todo el conjunto residual de la fábrica es la antigua fachada  meridional del centro compuesta por una portada y un ventanal contiguo.

      La puerta, de cuatro arquivoltas ligeramente apuntadas,  está en arimez con el muro. Un taqueado jaqués orna el bocel de una de las roscas. No existen ya los fustes de sus capiteles y éstos son figurativos, pero muy deteriorados. Pudieran representar: un par de sirenas tocadas con gorro frigio, un dragón, dos centauros afrontados y dos figuras humanas (¿lucha a pie entre caballeros?)

Grosor de los muros de mampostería irregular



      El ventanal tiene ciertas similitudes con el de Santa María de las Henestrosas de Quintanillas (Cantabria) y la ermita de San Pantaleón de Losa (Burgos). Se abre en el muro, a modo de aspillera trasdosada, con chambrana ajedrezada que enlaza con dos arquivoltas de medio punto, una de ellas de perfil pentalobulado. Las cestas en las que se apean las medias vueltas se ornan con grifos afrontados, aunque muy estropeados. En la parte superior del ventanal se representa, a modo de tímpano, un Cristo Salvador (primitiva advocación de la iglesia).
 
Texto y fotos: Javier Pelaz. Santander

Fuentes consultadas:
José Manuel Tomé. Arteguias.
Cecilio F. Testón. Cronista oficial de Peñamellera Alta
 

  

 

 

 

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