Pequeños detalles como una ventana altomedieval, en una sencilla ermita de
época posterior, transforman una calle o plaza sin mayor relevancia estética, en
un lugar entrañable a la vez que hermoso.
Existen numerosos ejemplos en los que afortunadamente la desaparición o
sucesivas transformaciones de los templos, a través de los siglos, han respetado alguno
de los más longevos testigos de su historia, y que ha sobrevivido gracias a que
algún sabio antepasado valoró en su justa medida la emoción que producen las
piedras talladas más antiguas. Una bella ventana que en su día iluminaba una
iglesia rural, nos traslada a un lejano tiempo en que el omnipresente y sombrío
manto de hormigón, acero y cristal aún demoraría en devorar la casi totalidad
del paisaje urbano.
Imafronte de San Lorenzo de Cortina
El Liber Testamentorum, códice elaborado durante el primer
tercio del siglo XII, que se guarda en la Catedral de Oviedo, fue un encargo del
obispo Pelayo con el fin de recopilar documentos de la Diócesis de Oviedo. Por
la extraordinaria calidad de sus miniaturas se trata de una de las joyas
del Románico español. Es en este
cartulario donde se hace mención por primera vez al pueblo medieval de Avilés.
Se conoce la existencia en Avilés de dos iglesias dedicadas a San Juan Bautista
y Santa María en esta época. Llaranes se menciona en el testamento de Osorio,
Pelayo y Elvira Froilaz, en que donan a San Salvador de Oviedo en 1086 diversas
posesiones, entre ellas: la villa de Leranes en el territorio de Gauzón. Esta
villa de Llaranes habría de contar con una iglesia del siglo X-XI de la que
procedería posiblemente esta ventana. San Lorenzo, el santo titular de la
capilla, mártir durante la persecución de Valeriano en el siglo III, contó con una destacada devoción en el Reino
de Asturias.
Una ventana geminada
adorna la fachada oeste de la capilla
actual. Es un bloque de piedra caliza rectangular con las esquinas superiores
redondeadas, dos vanos y ancho parteluz
cuadrangular. La jamba derecha es ligeramente cóncava. Los vanos coronan
en dos anillos de contorno sogueado. En Asturias, Santiago de Sariego conserva
una ventana con cierta similitud, así como varias ventanas vizcaínas en las que
destacan los círculos superiores, es el caso de Amatza, Arta, Bermejillo, Isla,
Urrielu, Zaraldoa, y también en Cantabria, San Andrés de Liébana.
En el centro del hastial la ventana prerrománica
Aunque de origen prerrománico, la construcción actual data
del siglo XVII. En 1601 pierde la categoría de parroquia al quedar anexionada a
San Nicolás de Bari. La espadaña fue añadida en los años 50 del siglo pasado,
así como la campana. En la restauración realizada en estos años se cargan de
cemento las paredes norte y este, por lo que algún vestigio remanente de
ventanas similares a la del testero ha podido quedar oculto.
En 2006 el trabajador
encargado de pintar paredes y techo descubrió pinturas geométricas de color
ocre imitando sillares distribuídas por una amplia zona de la capilla. No se
conserva pila bautismal ni el cementerio que sin duda existió en las
inmediaciones según atestiguan las excavaciones arqueológicas. La fachada está
construída en sillarejo con esquinas rematadas a soga y tizón. Sobre la puerta
de entrada se disponen sillares en vertical en lo que parece la estructura de
un arco de descarga.
Texto y fotos: Cristina Sánchez. Gijón
Bibiografía:
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