lunes, 27 de enero de 2014

SANTA CRISTINA DE LENA


     La iglesia de Santa Cristina de Lena se encuentra en el concejo de Lena, encaramada a una loma que se vislumbra desde bien lejos en un paraje montañoso que invita a ascender  y contemplar esta maravillosa joya arquitectónica altomedieval. No existe inscripción alguna que recuerde su fecha de construcción o consagración. Las similitudes estilísticas con Santa María del Naranco, época de Ramiro I, permiten una aproximación al año 850 y décadas posteriores, aunque no exactamente construída por el mismo arquitecto del Naranco, sí se trató de alguien vinculado al taller ramirense tras el ascenso al trono de Ordoño I, sucesor de aquel monarca. Se desconoce si la advocación actual se corresponde con la original, ya que su primera alusión documental es muy posterior, en 1610, hecho al que se une la escasa tradición de Santa Cristina en el santoral asturiano.

 


                                               (Entorno de Santa Cristina de Lerna)
     En el año 1893 se acomete una profunda restauración de la iglesia, aunque anteriormente, la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Oviedo, creada en 1844, lleva a cabo obras de consolidación del edificio, en peligro de ruina. Esta comisión pretendía recuperar el patrimonio prerrománico asturiano y hubo de vencer la indiferencia de la Administración Central para sacar adelante su cometido. De este modo en 1893 Juan Bautista Lázaro reinicia las obras de restauración, teniendo como objetivo primordial la reconstrucción de la bóveda que cubría la nave central.

                                                         (Cabecera oeste)

     En 1934 la iglesia sufre desperfectos en los paramentos exteriores que son reparados en la década de los cuarenta por Luis Menéndez Pidal, que también intervendrá  en 1966 y 1970. En 1980-1981 la arquitecto Mª del Pilar Benito Pallares consolida la bóveda central y construye un muro en la fachada lateral derecha.

 


                                                               (Muro norteño)
     Consta de nave única rectangular de 10 x 6 metros. Adosados a este cuerpo cuatro espacios rectangulares simétricos en mitad de cada fachada. A Occidente el cuerpo saliente conforma el vestíbulo.  El arco de medio punto de la portada descansa sobre columnas entregas con capiteles carentes de decoración. Sobre el vestíbulo la tribuna real a la que se asciende por una escalera de piedra adosada al muro del lado del Evangelio. Las excavaciones realizadas en 1993 han permitido descubrir cómo era la primitiva tribuna regia, con dos escaleras de acceso laterales y dos niveles de altura. El nivel más bajo sería la superficie de encuentro de ambas escaleras y los peldaños originales semejantes a los de la escalera del presbiterio, una gruesa losa sobre mampuesto. La cara frontal con una capa de cal pintada de amarillo. Pudiera tratarse tal vez de una galilea, tribunas vinculadas al teatro litúrgico navideño o pascual, en cuyo caso habría sido añadida en el siglo XI. Algunas piezas de piedra toba descubiertas indican que los lienzos interiores y la bóveda se hallaban revestidos de pinturas al fresco.

 


                                          (Cancel)
     La capilla se cubre con bóveda de cañón de piedra toba con una arquería ciega de dos arcos adosados a los muros Norte y Sur. En el testero se abre una ventana original trifora sin arcos, con cuatro columnas, dos exentas y dos adosadas. Los capiteles centrales llevan hojas y volutas, y collarino sogueado. La cornisa oriental apoya sobre canecillos lisos, fruto de una reforma bajomedieval. La restauración de 1893 imita esta configuración en las fachadas septentrional y meridional. La pequeña ventana abocinada de la pared sur del ábside también procede de época bajomedieval. La cámara abovedada orientada al Norte también conserva una ventana trífora contemporánea a la construcción del templo.

                                               (Iconostasio)

     La construcción es de sillarejo de caliza unido por mortero de cal y arena. Las esquinas de sillares a soga y tizón. Los treinta y dos contrafuertes elevados sobre el  zócalo que rodea el perímetro del edificio no se corresponden en su totalidad con los pilares interiores, por lo que no cumplen siempre la función de contrarresto.  Una arquería ciega sobre la que descansa la bóveda de cañón sustentada por arcos fajones recorre los muros interiores. Las arquerías descansan sobre capiteles cubicoprismáticos y fustes lisos.       

 

     El presbiterio se eleva 0.95 m. sobre la nave; se accede a él mediante dos escaleras laterales. En este lugar se levanta una curiosa construcción sin precedentes en la arquitectura asturiana ni aún en la visigoda. La conforma un triple arco sobre columnas de mármol con capiteles corintios.  Sobre estos arcos peraltados  el paramento superior se adorna con cinco magníficas celosías de origen asturiano y mozárabe.  La liturgia hispánica imponía una separación entre ambos espacios de culto en determinados momentos en que un velo debía ocultar a los clérigos de los fieles en un intento por realzar el sentido del misterio de la celebración y preservar el espacio sagrado. Se trató este tema en el Concilio IV de Toledo en el año 633. San Miguel de Escalada, León, conserva  también un iconostasio. En otras iglesias carentes de estas estructuras pétreas  utilizaban madera o cortinajes para cumplir este cometido. La monumental arquería que divide el espacio dataría del siglo X según algunos autores. Presenta una cierta influencia islámica. Este “iconostasio” posiblemente sustituyó a otro anterior según atestiguan algunas marcas en los muros y la disposición de los capiteles laterales.

                                               (Ventana trífora septentrional)

     Una inscripción aludiendo al año 643 d.C. en la celosía de la enjuta entre el arco central y el arco lateral Norte delata la procedencia  de la placa de piedra en que se labró el delicado dibujo de malla de huecos romboidales, se trata de una lápida funeraria  reaprovechada. La celosía de cinco arquitos de herradura situada sobre el arco central parece también de tradición mozárabe. Sobre al arco Norte celosía con hueco trazado en forma de cruz griega. Decora la celosía lateral Sur una cruz de brazos calados y rematados en semicírculo. Los capiteles corintios son también de origen visigodo con doble fila de hojas de acanto. Los dos centrales se adornan  con una venera en cada una de sus caras.

 

     El cancel colocado bajo la arquería es también una pieza reaprovechada visigoda de la segunda mitad del siglo VII. Consta de dos placas de piedra unidas por una central más estrecha. Lucen una riquísima decoración tallada a bisel y conservan interesantes inscripciones de diferentes épocas según se deduce de los caracteres grabados, letras visigodas y caracteres de influencia mozárabe. Los motivos ornamentales muestran gran similitud con otros relieves visigodos: tallos con forma de espiral en una placa de San Juan de Baños (año 621), o un relieve de cancel procedente de San Salvador de Priesca (921) en el Museo Arqueológico de Asturias.      

     Los capiteles de la arquería que enmarca los muros interiores de la iglesia muestran leones afrontados con la cabeza vuelta sobre el lomo de tradición bizantina. También se representa una figura humana frontal en posición hierática que porta un bastón. Destacan sobremanera los clípeos que decoran las enjutas de la arquería mural con motivos zoomórficos. Se conservan dos piezas  enmarcadas en un ribete sogueado que representan un jinete que lleva una lanza.          

 

     El hecho de que Santa Cristina conste de un solo acceso, la portada occidental, parece indicar un uso por parte de una comunidad de fieles indiferenciada, dedicada probablemente al servicio de un monasterio, aunque para algunos estudiosos pudo estar vinculada a una residencia real. 
Texto y fotos: Cristina Sánchez. Gijón

 Bibliografía:

 Arte prerrománico en Asturias. César García de Castro Valdés. Ménsula Ediciones.

Prerrománico Asturiano. El arte de la Monarquía asturiana. Lorenzo arias. Ediciones Trea.

 

 

 

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