jueves, 12 de diciembre de 2013

FICHA DE LA "CUEVA SANTA" DE LIÉBANA

DESCRIPCIÓN: Ermita semirupestre, construida en una cueva cerrada en uno de los costados mediante sillares. Consta de dos plantas; se supone, que la inferior era la celda del monje, desde que, mediante una rampa, se accede a la capilla, en la planta superior, de forma rectangular.
 
                                          (Puerta de acceso a la celda)

LOCALIZACIÓN: Situada en las proximidades del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en la ladera norte del monte de la Viorna, término del municipio de Camaleño, comarca de Liébana, provincia de Cantabria (España).
Coordenadas: GPS: N-43, 150037  W-34, 654053

DATACIÓN: Según García Guinea: "el aspecto de la Cueva Santa nos lleva a considerarle prerrománica, del siglo IX ó X, por ciertas concomitancias con el estilo astur, tan próximo en el espacio y relacionado política, religiosa y económicamente en el tiempo".
 
ENTORNO HISTÓRICO: La Liébana -territorio Libanensis antiguo y apéndice importante de las Asturias de Santillana- es una de las comarcas cántabras con más historia secular.
En el siglo VIII se convirtió en un foco cultural, que brilló con luz propia, por la presencia de magnates, monjes y clérigos  que, ante la expansión del invasor mulsumán, buscaron refugio en este valle protegido por imponentes límites naturales como son: los Picos de Europa, la Montaña Palentina y el cordal de Peña Sagra, y bendecido por un microclima mediterráneo, que consigue que sus tierras sean un completo vergel.
 
 
                   (Planta inferior y la rampa lateral con escalones)

A principios de la reconquista se construyeron por toda la comarca, regada -principalmente- por el río Deva, una pléyade de monasterios sobresaliendo, de entre ellos, el de San Martín de Turieno, conocido más tarde como Santo Toribio de Liébana. De éste fue prior, en las postrimerías del siglo VIII, el conocido teólogo y polemista Beato de Liébana, autor de los Comentarios al Apocalipsis, obra sin par durante todo el Medievo y, en la actualidad, de resonancia mundial al incluir en todas las copias caligráficas que se hicieron en los scriptorium monacales de la obra primigenia estampas conocidas con el sobrenombre de "Beatos".
En torno al monasterio surgieron, en aquella época de tanto fervor religioso, numerosos oratorios, ermitas o capillas, que los propios monjes erigieron para estar, con recogimiento espiritual, en completa soledad.
Al correr de los siglos, aquellas edificaciones personales se convirtieron en ermitas bajo la advocación de un santo del que, posiblemente, guardasen reliquias. De esta manera, en la ladera norte del monte de la Viorna,  -de numínica pasó a ser cristianizada- se ubicaron la mayoría de los enclaves religiosos, convirtiéndose para los lebaniegos en un lugar de peregrinación.
               
    (Símbolo de una cruz pometeada)

De todas aquellas edificaciones destaca por su antigüedad la conocida Cueva Santa, elegida a la sazón como lugar de retiro cenobítico del monje santo Toribio, fundador , en el siglo VI, del monasterio de San Martín de Turieno, que, a partir  de la duodécima centuria, llevó su nombre. En 1601 el monje, Prudencio de Sandoval,  recoge la siguiente tradición: "queriendo pelear (se refiere al santo) con el enemigo a solas, subióse a lo alto del monte y, en parte muy escondida, edificó una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tener tanta perfección que alcanzó de Dios singulares favores..."
 
  
    (Símbolo de una cruz sobre un triángulo)
 
Otra leyenda muy arraigada entre los lugareños refiere que el santo no sabiendo dónde construir el cenobio subió a lo más alto de la Viorna y arrojó su báculo al abismo diciendo: Donde caiga mi cayada allí será mi morada. Dicho y hecho.
No confundir este santo, que llegó a ser obispo de Palencia, con otro Toribio, el de Astorga, que también figura en el santoral. Éste fue enviado por el papa, san León I, a Jerusalén. A su regreso  vino cargado de importantes reliquias de la Cruz de Cristo. Ante el peligro que suponía las razzias continuas de los agarenos trajo de Astorga el Lignum Crucis a este recóndito lugar de la comarca lebaniega donde se conserva todavía en el citado monasterio.
 
DESCRIPCIÓN DE LA CUEVA: Es un edifico humilde, que aprovecha -en parte- una pequeña ( gruta natural. Consta de dos plantas: la entrada, a la primera, se realiza por medio de una tosca puerta, de medio punto, de cuatro dovelas. En algunas de éstas se aperciben varios signos: una cruz pometeada, triángulos y montañas. El arco apea sobre cimacios rústicos sostenidos por jambas monolíticas
 

    (Interior de la celda)
 
El habitáculo destinado a la celda es de forma rectangular con una pared formada por la propia roca y, la otra, de sillares sin desbastar, menos los esquinales, que están trabajados. En el muro opuesto de la entrada existe una ventana rectangular, a modo de "ojo de cerradura", enmarcada con piedras porosas. Unas grandes lajas cubren el techo, dándole un aspecto megalítico.
A la planta superior se accede por medio de una rampa con escalones pétreos. Parece ser que fue destinada a capilla. En la actualidad, sólo resta el casar, aunque en los trabajos de adecentamiento, que se realizaron en el edificio en 1991, se descubrieron varios bloques que podrían haber pertencido al iconostasio. 
                                          (Planta superior)
 
OTROS  DATOS  DE  INTERÉS
 
ACCESO: Partiendo de Potes, en dirección a Fuente-De, en el kilómetro 1, se encuentra la desviación al monasterio de Santo Toribio. Por el lado oeste del monasterio se inicia una pista de tierra que conduce a la ermita de Santa Catalina. A unos 500 m, hay una bifurcación, con una señalización, que nos indica la dirección de la cueva, equidistante 1,5 km. El recorrido sólo se puede realizar a pie y es un paseo por un terreno con algún que otro desnivel.
 
    (Muro lateral)
BIBLIOGRAFÍA:

"EL MONASTERIO DE SANTO TORIBIO DE LIÉBANA". García Guinea, M.A. Editorial Everest.
"EL ROMÁNICO EN CANTABRIA". García Guinea, M.A. Editorial ESTVDIO. Santander, ppa 145-152.
"CAMINAR POR LIÉBANA". García Palomo, A. Editorial ESTVDIO. Santander 1995, pp 77-80
"ERMITAS DEL MONASTERIO DE SANTO TORIBIO", Campuzano Ruiz, E. y Bohigas Roldán, R. La Revista de Cantabria (Enero-Marzo 2007) Publicada por "Caja Cantabria".
 
Autor: Javi  Pelaz
Fotos: Javi  Pelaz
 
 



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